¿Cómo saber si tus frenos están pidiendo socorro antes de que te lleves un susto?
Si hay algo en lo que no puedes jugártela es en los putos frenos. Puedes ignorar un rayón en la chapa, un ruido raro o hasta una lucecita en el tablero (aunque no deberías), pero con los frenos no se juega. Si fallan, no es solo tu coche el que se va al carajo, ¡es tu vida y la de los demás! Así que presta atención a estas señales de alarma para que no acabes lamentándote después.
Señales de que los frenos están dando por saco
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"Esto es lo que pasa cuando deja tus pastillas de freno hasta el culo de desgaste. ¡Cámbialas ya, joder!" |
1. Ruidos raros: ese chirrido no es música.
Si al pisar el freno escuchas un chirrido o, peor, un gruñido metálico, tu coche te está gritando que las pastillas de freno están desgastadas. Las pastillas son las que se encargan de apretar contra el disco para detener el coche, y cuando se gastan, el metal empieza a rozar directamente. ¿Resultado? Frenada de mierda y discos dañados.
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"Un disco de freno bien cuidado = menos vibraciones y más seguridad en la carretera" |
2. El pedal del freno está blando (o duro como una piedra).
Un pedal blando, que se va hasta el fondo, suele ser un problema con el líquido de frenos, que podría estar bajo o lleno de aire. Por otro lado, si está tan duro que parece que estás pisando una pared, puede ser fallo del servidor de freno (un componente que amplifica la fuerza que aplicas al pedal). En cualquier caso, esto no es algo para ignorar.
3. Vibraciones al frenar.
¿Sientes que el coche tiembla más que tú viendo una carta de la DGT? Esto puede ser señal de que los discos de freno están alabeados (desgastados o deformados). Las vibraciones son el resultado de un contacto desigual entre el disco y las pastillas, lo que significa que tu frenada no es uniforme.
¿Qué pasa si no haces caso?
Ignorar estas señales no es solo peligroso, es estúpido. Un sistema de frenos en mal estado puede llevarte directo a un accidente. Además, si dejas que el problema empeore, te tocará pagar una pasta gansa para arreglarlo. Y créeme, no quieres que el mecánico te diga que necesitas cambiar TODO el sistema de frenos.
El mantenimiento básico que te salvará el culo
- Revisa las pastillas regularmente. Cámbialas cuando estén gastadas. Más barato cambiar pastillas que discos, ¿no crees?
- Comprueba el líquido de frenos. Este líquido se degrada con el tiempo, así que cámbialo cada dos años o según el manual de tu coche.
- Atiende cualquier ruido o vibración. No sigas conduciendo como si nada; actúa rápido.
- No seas rata con los recambios. Usa piezas de calidad. Los frenos no son algo en lo que quieras ahorrar, ¿vale?
Conclusión: Frena antes de que sea tarde
Tu coche puede tener un motor potente y un diseño de lujo, pero si los frenos no están en condiciones, es como un caballo desbocado. Así que deja de hacerte el loco y revisa tu sistema de frenos. No lo haces solo por ti, sino también por todos los pobres desgraciados que comparten la carretera contigo.
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